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FOTO: RPP

LAS LETRAS DEL HIMNO NACIONAL

"Nadie ama a su patria porque ella sea grande, sino porque es suya"

Séneca

Publicado: 2020-02-29


Si se sintió identificado con algunas de las expresiones anteriores o se indignó, le invito a leer un texto corto que se escribió hace unos años:
Son las letras de nuestro Himno, pero en prosa. Contiene, en pocas palabras, nuestra historia y los ideales que motivaron la independencia. Cantarlo es encarar nuestro real pasado: fuimos esclavos, por nosotros mismos no anhelamos la independencia, pero nos comprometimos con ella, luchamos y la conseguimos. Ni una gota de victimismo, ni un ápice de derrotismo.  

Sin embargo, no queda ahí. El himno es también un llamado a la unión para esforzarnos por ser el país más poderoso (¿Le causa gracia eso? Debe revisar su autoestima). Incluso es un himno marcial que arde en deseos de venganza contra España. Contiene una promesa: la invadiremos (¿Le parece inapropiado? Revise su concepto de simbolismo).

Cada estrofa está repleta de pasión, orgullo y valentía, nos insta a jamás bajar la cabeza y a fortalecernos como país. ¿No es eso lo que usted quiere? ¿No es de los que está cansado de la corrupción y la pobreza? ¿No es de los que mira con envidia cómo prosperan otras naciones?

Claro que la organización y la política son necesarias para desarrollar un país, pero nada de eso vale si no hay un ideal que las sustente. Nuestro ideal ha estado en la punta de nuestras lenguas y ni lo hemos entendido.

En los párrafos que traduje falta una estrofa, la que es motivo de tanto alboroto hoy. La traduciré ahora:

Léala nuevamente y piense si sus letras concuerdan con el espíritu de las anteriores. Se habrá dado cuenta de que no. Es una estrofa tendenciosa que llama a la inacción. 

No nos invita a superarnos, sino a vivir bajo una sombra. Nos divide, porque excluye a quienes no creen en Jehová. Nos provoca resignación: ¿vivir tranquilos? ¿Puede usted hacerlo pese a todo lo que nos falta hacer? Sea de izquierda o de derecha, anarquista, liberal o conservador, religioso, ateo o agnóstico, puedo apostar que no está tranquilo cuando analiza un poco cómo va el país en el que ha nacido.

Si cree que basta con que nuestra identidad como país se base en la rica comida y en la defensa del pisco, está apuntando muy bajo.

Es cierto que el Perú tiene problemas profundos, pero un ideal que todos compartamos nos permite tener una identidad más honorable, nos ayuda a organizarnos y a superarnos.


Escrito por

Doriss Vera

Literata y educadora


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