El ser humano tiene mecanismos psicológicos que le han permitido sobrevivir y agruparse en comunidades. Uno de ellos es la pareidolia (percepción de un estímulo vago y aleatorio como una forma reconocible, por ejemplo, ver a Jesú en una mancha de la pared) y otro es la tendencia de los niños a imitar las acciones de los mayores (gracias a las neuronas espejo). Finalmente, existe el miedo a la muerte. Todo esto se une y con unas cuantas cerezas sociales (ansias de poder, necesidad de cohesión social, pereza mental, ausencia de educación, etc.) se construyen las religiones.

Aunque no nos guste, el pensamiento irracional sirve para cohesionar. ¿De qué otra manera se podría lograr masivos consensos y mantenerlos? El miedo a un ser supremo es lo que hace que muchos humanos actúen bien. No es fácil tener una moral interna. Bien lo entendía Nietzsche. La mayoría de personas necesita una moral externa e impuesta a base de miedos y pasiones irracionales... y eso se obtiene de dos formas: la religión y el chauvinismo.

La humanidad requiere de altas dosis de irracionalidad para sobrevivir y de mínimas dosis de racionalidad para avanzar.

Considero que, evolutivamente hablando, la preponderancia de la razón sobre lo irracional (que incluye al ateísmo) dificulta la perpetuación de nuestra especie. Sería difícil que una sociedad conformada enteramente por personas racionales llegue a una tasa de natalidad necesaria para su supervivencia. Nada más basta con dar una mirada a nuestros amigos ateos para comprobar que tienden a no reproducirse o a reproducirse mínimamente.

Lamentablemente la humanidad requiere de altas dosis de irracionalidad para sobrevivir y de mínimas dosis de racionalidad para avanzar. Es así, aunque me dé migraña aceptarlo.

Judíos y cristianos han reinterpretado sus libros sagrados y ahora los entienden como metáforas.

El judaísmo fue, en sus inicios, una gran plaga para los pueblos vecinos. Con el tiempo, logró superarse y dejó la veterotestamentaria tendencia a la guerra y a la destrucción. Hoy me parece que es la religión abrahámica más civilizada.

El cristianismo fue un azote mayor que el judaísmo. Sumió a todo Occidente en un oscurantismo por siglos. Una desgracia absoluta... Pero ya no tienen tanto poder. Claro que siguen con sus irracionalidades, pero ya no tienen el poder para matar.

¿Por qué judíos y cristianos ya no son un peligro bélico para la humanidad? Pues, en gran parte, porque han reinterpretado sus libros sagrados y ahora los entienden como metáforas (no todos los cristianos, pero bueno, digamos). Esto ha disminuido su capacidad de acción y ahora queda estar atentos para que no se metan en las leyes y en la vida de los demás... Parece que no es gran cosa, pero sí lo es: los ateos estamos vivos y podemos expresarnos.

Los musulmanes son nuestra actual plaga.

¿Qué hacer para combatirla? Incentivar todo atisbo de moderación que nazca en su seno hasta que puedan llegar al pacifismo. Obviamente esto no significa que prendamos velitas, fumemos marihuana y los recibamos con los brazos abiertos. No!! La educación tiene que ser paralela a la respuesta militar y de los servicios de inteligencia... PERO NO DEBE DESCUIDARSE.

La educación podrá neutralizar la violencia de las religiones y disminuir los efectos de su intolerancia.

Ser ateo racional implica ser valiente para enfrentarnos a la nada, aceptar nuestra finitud y desterrar las vanas esperanzas. No se puede esperar esto de todos los seres humanos. No es racional soñar con un mundo ateo.

La educación debería tener como objetivo el desarrollo de la razón. Una consecuencia de esto sería que quienes deseen creer contra toda evidencia sean conscientes de que no pueden imponer sus dogmas ni sus valores ni sus costumbres.

La educación no acabará con las religiones y menos con la tendencia humana a creer, pero sí podrá neutralizar la violencia de las religiones y disminuir los efectos de su intolerancia.

Mi meta no es una idílica sociedad atea, sino una sociedad laica siempre alerta

En el mejor de los casos, podría ser que las religiones se restrinjan a grupos muy reducidos, pero no desaparecerá la creencia en lo sobrenatural.

Mi postura frente a la pervivencia social de las creencias irracionales me causa rabia, pero no me desmotiva. Seguiré fomentando el pensamiento racional y el escepticismo en mis clases, pero teniendo en cuenta que mi meta no es una idílica sociedad atea, sino una sociedad laica siempre alerta para neutralizar la violencia que surje espontáneamente de todo dogma.